“Si no se quiere enfermar:
Hable de sus sentimientos, de sus emociones. Aquellos sentimientos que son escondidos, que se reprimen terminan en enfermedades. El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.
Tome decisiones, la persona indecisa permanece en duda, en ansiedad y angustia. La indecisión acumula preocupaciones, problemas. Para decidir es preciso saber renunciar, perder unas ventajas y ganar otras.
Busque soluciones, personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas, prefieren la lamentación, murmuración y pesimismo, mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida.
La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.
La alegría es salud y terapia.”
Dr. Drauzio Varella.
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